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miércoles, 29 de octubre de 2008

una buena noticia deROSARIO El disipador de neblina‏

LOS ALUMNOS DE UNA ESCUELA DE BARRIO LUDUEÑA producen para los demas en forma solidaria
muy bueno chiicos felicitaciones

antonio miguel chacra
Es una solución para los accidentes en las rutas.
Los alumnos de un colegio de Rosario probaron que funciona en un prototipo. Las claves.


El disipador de neblina
Tamara Smerling
21.09.2008

Hay equipo. El profesor Perna y los chicos financiaron el proyecto con la venta de metales que juntaron en las calles.



Son sólo nubes al ras del piso –en este caso de las rutas–, pero traen tanto inconvenientes al tránsito como reguero de muertes. A un grupo de alumnos de 2º y 3º año de la Escuela de Educación Técnica Nº 473 "Juana Elena Blanco", en el barrio Ludueña de Rosario, se le ocurrió construir un "disipador de neblinas" para evitar choques en cadena cuando ese fenómeno meteorológico impide la visibilidad de los choferes de micros, autos y camiones que circulan en las autopistas. "Si evitamos accidentes en las rutas, ponemos a salvo a decenas de personas", dice el profesor a cargo del proyecto, Gabriel Perna.

La idea surgió en abril, con el comienzo de las clases: el profesor buscaba incentivar a sus alumnos con una investigación que se pudiera mostrar en la Feria Regional de Ciencia y Tecnología Juvenil. La experiencia entusiasmó tanto a los adolescentes que superó el objetivo. "Buscábamos una solución al problema de la niebla en las rutas del país, pero como eso era muy grande, nos acotamos a Santa Fe. Nos dimos cuenta de que también era enorme y decidimos abocarnos a un solo banco de niebla", cuenta el docente.

Para saber cuál era el lugar más peligroso a la hora de transitar rutas, realizaron una encuesta entre camioneros, choferes y viajantes: la mayoría apuntó al banco de niebla del kilómetro 28 de la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura de Arroyo Seco, donde se produjeron accidentes muy graves. A la hora de buscar recursos para financiar el proyecto, el profesor, sus alumnos y el director del colegio, Carlos Martínez, salieron a recolectar metales, como motores quemados y baterías sin uso. El alumno Maximiliano Rolón, que junto a su padre cartonero recorre las calles con un carrito, ayudó a revender los metales.

El dispositivo que crearon combate la formación de neblinas y despeja la visión para que los automovilistas circulen con normalidad. "Diseñamos un simulador: una caja con cuatro caras de vidrio de un metro de ancho, 40 centímetros de largo y 40 de profundidad, y con un nebulizador inundamos con neblina ese prisma de aire. Pusimos un auto de juguete en el camino, y después inyectamos anhídrido carbónico, el gas que se utiliza en las gaseosas: en contacto con la neblina, produce partículas de agua que se condensan y se precipitan al suelo de la caja", explica el docente, que también fue alumno del colegio, y desde hace 20 años enseña destrezas técnicas y práctica de las maquinarias.

El experimento fue un éxito y, ahora, alumnos y profesor buscan probarlo en la autopista: para la "prueba de campo" necesitan 10 mil pesos. Quieren demostrar que el método es útil. "Para hacerlo a gran escala hay que armar una red de cañería a la vera de la ruta. Cada 20 metros hay que colocar inyectores que regulen el gas. Un sensor percibirá el vehículo que se acerca y emitirá un flujo de gas para que la neblina se disipe: así se mejora la visibilidad. El proceso se repite cada vez que se acerca un auto, para hacer un uso racional de la energía", se entusiasma Perna.

Los alumnos Brian Sánchez, Maximiliano Rolón, Leonardo Pascua, Germán Sánchez, Brian Verón, Lucas Donello y Débora Ramírez están felices con la iniciativa: "Es un proyecto emocionante, porque pusimos el foco en la necesidad de los conductores y podemos ayudar a solucionar el problema de los accidentes", dice Lucas, 16 años. Su compañero, Brian, 15 años, reconoce: "Me gustó mucho este proyecto porque puede ayudar a salvar vidas en las rutas. Ahora esperamos probar que funciona y bajar la cantidad de accidentes. Como queremos mejorarlo, nos quedamos a trabajar después de hora, los sábados o los feriados, porque nos gusta". El profesor concluye: "Los chicos, que son muy humildes, descubrieron que hay una realidad distinta, y que no están condenados a vivir lo que les tocó, que cambiarlo está en sus manos. Ése es el mejor pago que yo puedo recibir como docente".

La tragedia de Arroyo Seco inspiró la iniciativa

El 13 de julio de 2007 se produjo un accidente grave sobre la ruta 9: el humo de una fábrica cercana y la falta de visibilidad por la neblina fueron los principales disparadores del choque en cadena que involucró a 40 autos, dos micros y dos camiones: tres personas murieron y 24 resultaron heridas. Fue a la altura del kilómetro 28, en la localidad santafesina de Arroyo Seco. Es el mismo banco de niebla que estudiaron los alumnos de la escuela "Juana Elena Blanco".

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